domingo, 25 de septiembre de 2011

Por favor, dame fuego...


¿Qué puedes hacer cuando todo a tu alrededor parece detenido en el tiempo? Mientras ves a todo el mundo avanzar, retroceder, caer y volver a levantarse…pero tú, sin embargo tú, estas en una especie de inopia constante, la cual te mantiene atado de pies y manos, acabando con cualquier posibilidad de levantarte y luchar por lo que es tuyo.

Las situaciones complicadas en la vida tienen ciertos tintes de caprichosas y malcriadas, aparecen en tu vida sin avisar, sin desear ser recibidas, removiendo desde las ideas preconcebidas hasta tus principios más fuertemente creados…te debilita, te trastoca…pero sin embargo son necesarias.

Retocan tu perspectiva de la vida, te ayudan a despertar de los letargos en los que sin darnos cuenta nos vamos enterrando, asediados por la rutina y los sueños que se esfuman como los rayos del sol entre las nubes de un día tormentoso. Te ayudan a embutarte la mochila al hombro, coger el primer tren con destino en una vida diferente sin el miedo de tener que mirar atrás, a sabiendas que lo que está por llegar puede ser duro, pero te hará revivir el espíritu de la vida.

En uno de esos momentos se podría decir que encontramos al autor de estos escritos descritos, en el andén de la estación, haciendo tiempo mirando pasar las nubes, deseando no quedarse dormido en la espera…con un cigarro en la boca y buscando su mechero…y ya que estas cerca déjame decirte:
-“Por favor, dame fuego”.