jueves, 10 de noviembre de 2011

Una historia con final deseado...


         A duras penas pudo abrir los ojos, un frio intenso recorría todo su cuerpo hasta convertir en hielo sus venas, la calidez parecía haberse esfumado por todos los poros de su cuerpo, los cuales habían sido sustituidos por pequeños gotazos de  escarcha y algunos restos de barro. La ropa apenas le podía proteger del frio exterior y se empezaba a notar entumecido. Todo oscuro, la noche parecía haber caído hace rato sobre su cabeza.

         Al poco tiempo las imágenes borrosos que sus ojos, llorosos por el frio intenso, le retransmitían iban tomando forma, parecía encontrarse en una  especia de descampando cerca de un bosque. Un cielo estrellado se abría ante él y una gran luna, apenas molestada por un par de nubes esporádicas, inundaba con algo de luz todo cuanto le rodeaba. A lo lejos, en el horizonte, pudo apreciar lo que parecían ser las distantes luces de un poblado.

        Más que el frio que recorría su cuerpo, le daba pavor el no saber cómo había podido llegar allí, ni en qué lugar se encontraba ahora mismo y lo que más le preocupaba aun, que podía haber hecho él para recibir tal castigo.

         Como mejor pudo se quitó la nieve, la cual, adivino por los pequeños montículos nevados que surgían a su alrededor, no llevaba mucho tiempo cayendo y puso camino hacia aquel distante lugar.
La luz que desprendía la luna sobre el terreno y lo llano y solitario de este le facilito la andadura, a pesar de sentir todo su cuerpo magullado, como si hubiera sido golpeado y llevado de un lado a otro como un saco de patatas cualquiera. Sin embargo, se miró una y otra vez el magullado cuerpo, pero no encontró señal de violencia alguna, tampoco alguna pista en los diferentes bolsillos de su ensuciada indumentaria.

       Por más vueltas que le diera a la cabeza era incapaz de arrojar nada de luz a tal extraña sensación…al menos por ahora…