miércoles, 13 de junio de 2012

Un espejo roto y vacío



           Dicen que la sonrisa es el espejo del alma. ¿Puede reflejar también un alma vacía? Al fin y al cabo un espejo nunca podrá estar vacío, siempre será un fiel reflejo de lo que tenga situado frente a él, ¿entonces? ¿Cómo se refleja el vacío?

          5:00 a.m. Un mal sueño me ha vuelto a enredar entre sabanas, hace días que apenas consigo conciliar una tranquila jodida noche. Resignado salgo al balcón, por suerte para mí, el exterior es más que placentero. Una suave brisa fresca se enreda entre mi pelo y me despeja la mente transportándome a una situación de plena tranquilidad. Disfruto de esa sensación mientras filtro los últimos atisbos de existencia de la mala droga. Mis ojos observan como lentamente se termina consumiendo el filtro hasta rozar las yemas de mis dedos. Lo lanzo al vacío de la noche solitaria. Cae en la calle y se difumina por todo el oscuro asfalto al igual que miles de estrellas en la noche del Big Bang. Segundos después todo desaparece y únicamente permanece imbatible un reguero llameante que es arrastrado por el aire sin rumbo prefijado.

                  A lo lejos, odas al dios Baco son entonadas por sus fieles, aquellos cuales cada viernes inician sus ritos, aquello que demuestran con ferviente devoción su amor al alcohol como borrador extraoficial de los recuerdos, malos o buenos, poco importa pues al final pagan justos por pecadores. Recuerdos que en la mayoría de los casos es preferible no sacar a la luz.

               Siempre me tranquilizo el tintineo del flexo que habita en las alturas de mi cocina, me ayuda a pensar que aun existen cosas en el mundo que no son automáticas, que se toman un tiempo, que no regalan su bien preciado a la primera de cambio. Te obligan a desearlo durante un tiempo hasta conseguirlo. Te hacen trabajar.

                5:38 a.m. El agua se desliza por mis labios y chorrea por mi cuello hasta caer, inevitablemente, al suelo, no sin antes arremolinarse entre mi barbilla. Apenas una luz lejana procedente de alguna farola olvidada del exterior ilumina la habitación lo suficiente para ver mi reflejo vacío en la sonrisa de algún cristal.

                  A penas me reconozco, sé que soy yo, conozco esas facciones, distingo esos gestos…pero no logro identificar a la persona que veo reflejada. Se me antoja irreal, un perfecto desconocido, una mala jugada de mi mente ocasionada por el cansancio de una vida frustrada, unas siluetas proyectadas sin nombre ni lugar aparente, conocidas…pero no reconocibles.

                Tal vez se deba a que todo esto no sea mas que un sueño, tal vez yo no sea yo, y soy tú y ahora estoy leyendo esto que escribió otra persona, o tal vez algo que escribiste tú, entonces…fui yo.

1 comentario:

  1. va a ser que patri tiene razon y eres un artista! me encanta este relato!

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