jueves, 11 de octubre de 2012

Palabras, dañinas palabras.


Según la RAE, la palabra encierra dentro de si el significado de la capacidad humana para expresar de manera oral sus pensamientos e ideas. Para mi adquiere un significado mayormente belicista.

                Un arma de destrucción personal que se cocina a fuego lento en la pasión y los sentimientos, una extraña calidez que te arropa hasta hacerte sentir protegido.

                Sensaciones que se tornan irreales, pues al igual que el reflejo de una mirada en un espejo puede parecer tan real como el propio, no es sino una mera muestra de ilusión que se crea en nuestros pensamientos. Pues tras especular con esa sensación de protección, inevitablemente llega el momento en el cual nos encontramos con las defensas distraídas, menoscabadas en diferentes supercherías sin sentido de la vida, ese preciso instante que aprovechan las palabras para realizar su imparable “Bliztkrieg” y atravesar todas las defensas para golpear donde mas duele, en la confianza depositada.

                Así pues, un error, el cual cometemos una y otra vez sin caer en la razón de hallarnos en las mismas situaciones tantas veces ya vividas, es el de confiar en simples palabras. Al fin y al cabo nos adulamos a nosotros mismo denominándonos como los únicos seres sociales del mundo. Es parte de nosotros el habla, es lo que nos ha ayudado a avanzar.

                ¿Entonces, como uno de los mayores logros de la humanidad se puede convertir en algo tan dañino y tomado a la ligera? Yo te lo diré, debido a que la palabra por si sola no aporta nada, un simple texto carece de sentido alguno si no precede de unos ideales marcados, y respetados.

                Los hechos que derivan de las palabras son los verdaderos alentadores del cambio en la humanidad. Una constitución puede contener los más bellos derechos de un país, pero si el Gobierno que lo rige no la respeta, se transforma en un simple y bonito conjunto de páginas que poco o nada nos indica.
            
               En nosotros estas convertir las palabras en hechos, pues en nosotros esta demostrar que la 
confianza que nos piden está basada en algo mas que unas bonitas palabras y unos cuantos besos. Hechos, simplemente se piden hechos.


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